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29 may 2011



En 2006 hubo amenaza de tsunami en Uruguay

Informe. La ola venía a 300 km/h; el gobierno no alertó para no generar alarma

DANIEL ISGLEAS
Uruguay tiene un riesgo bajo de sufrir un terremoto grave, pero no está a salvo. Hace cinco años un tsunami estuvo a punto de llegar a las costas del país. El gobierno fue informado pero no se advirtió a la población para evitar el pánico.
El 2 de enero de 2006, al Este de las islas Sandwich del Sur se produjo un terremoto de 7,4 grados en la escala Mercalli (máximo 12), lo que equivale a un sismo muy fuerte. Una enorme ola comenzó a desplazarse hacia el noroeste en línea recta a las costas de Uruguay y una parte de Argentina, a velocidad de 300 kilómetros por hora.
La base antártica japonesa advirtió a los gobiernos de ambos países. En Uruguay no se lanzó un alerta público para no generar pánico. Por fortuna, la ola fue perdiendo fuerza y se desvaneció en el trayecto.
No informar "fue un gran error" de las autoridades nacionales, "porque simplemente se hubiera tratado de desplazar a la población a un lugar ubicado a unos metros desde el borde del agua", advirtió la licenciada Leda Sánchez Bettucci, del Departamento de Geología y Geotectónica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (UdelaR), durante un informe que esta semana presentó ante la comisión de Industria y Energía del Senado. Para Uruguay esa fue la más reciente y peligrosa consecuencia de una liberación súbita de energía por acumulación de tensión en el subsuelo, aunque el país y la región más próxima registran sismos y tsunamis desde hace más de 150 años (ver nota aparte), algo sobre lo cual los uruguayos no estamos habituados a reflexionar como posible problema propio.
A lo largo de su existencia, el territorio nacional ha experimentado movimientos sísmicos. Uruguay se encuentra en una región de bajo riesgo sísmico, pero no puede ni debe considerarse nulo.
El país está situado sobre lo que se conoce como una intraplaca. "Las intraplacas son el lugar donde la actividad sísmica es menor pero esto no quiere decir que no exista. Los terremotos pueden ser de menor magnitud y difícilmente tengan una intensidad superior a 6 grados" en la escala de Richter (de un máximo de 9), explicó la licenciada Sánchez Bettucci en su exposición a los senadores.
Advirtió que en el país "construimos los edificios y las casas como si tuviéramos cero actividad sísmica". Tampoco hay un programa preventivo para la población civil debido a la ausencia de información derivada de la inexistencia de una red de monitoreo.
SE MUEVE. Según informó la especialista en la reunión del pasado miércoles, Uruguay está ubicado sobre la placa sudamericana, "una región de mucha actividad sísmica especialmente sobre el margen del océano Pacífico".
Hacia el continente la placa tectónica va cambiando su estructura. La región conocida como "intraplaca" comprende el Sur de Brasil, el Este de Argentina, Paraguay y Uruguay.
La placa sudamericana se mueve entre tres y seis centímetros por año hacia el Oeste, explicó la experta.
En estas regiones de intraplaca también se acumulan tensiones y hay pequeñas fallas que, aunque pueden ser muy antiguas, siguen teniendo pequeños movimientos, añadió.
En el mundo ocurren alrededor de 30.000 terremotos al año, 75 de los cuales son percibidos por la gente en general, 20 de ellos son significativos -o sea, de magnitud superior a 6.2 en la escala de Richter- y finalmente uno o dos son de nivel catastróficos. En ocasiones, por año hay un tercer sismo de esas características.
Según indicó la licenciada Sánchez Bettucci, un terremoto de magnitud 7 es cien veces más fuerte que uno de magnitud 5 y mil veces más potente que uno de magnitud 4.
"Un sismo como el que tuvo lugar en 1888 puede volver a suceder. No sabemos cuándo van a ocurrir los terremotos, pero sí que suceden en mayor o en menor magnitud todos los días y pueden darse en cualquier parte del mundo. No estamos libres de sufrir actividades sísmicas; pueden ocurrir dentro de media hora, mañana, en diez o cien años. No sabemos ni siquiera cuál es la actividad sísmica básica del territorio nacional", advirtió la experta.
Por eso, informó a los senadores que el país necesita contar con una red de estaciones de medición sismológica que tendría sede en Aiguá, departamento de Maldonado, que, según los estudios, es el lugar más conveniente del país. Cada estación se compone de un sismómetro, un registrador, un sistema de comunicación y alimentación de energía. El costo por estación es de US$ 35.000.
Con este sistema se podrá monitorear los movimientos que se registren en la dorsal atlántica y en las cercanías de la Antártida, lugar de generación de tsunamis. Además se podrá determinar los niveles de sismicidad inducida, es decir artificial, por actividades como las represas y la explotación minera. Obviamente que un punto central del monitoreo será la toma de decisiones de prevención civil.

Los terremotos y tsunamis del uruguay

El primer terremoto registrado que afectó a Uruguay se produjo en 1848 y la magnitud estimada fue de 5,6 en la escala de Mercalli (máximo 12), equivaliendo a 4.8 en la escala de Richter. El epicentro fue a 200 kilómetros al sur de Maldonado.
En Montevideo, en 1861, se sintió un terremoto ocurrido en Mendoza de 7.2 en la escala de Richter.
En 1884 un terremoto se produjo al sur del continente, donde existe la conjunción de tres placas tectónicas, que generó un tsunami. Dos personas murieron ahogadas al ser arrastradas por el agua en una playa uruguaya.
En 1888 se produjo el terremoto más importante hasta hoy en Uruguay, de 5.5 en la escala de Richter. El sismo generó un micro tsunami en el Río de la Plata.
El siguiente terremoto que está registrado tuvo lugar en 1948, duró 17 segundos y fue anotado por un meteorólogo en Bella Unión, Artigas.
En 1954 hubo otra gran ola en la costa del sureste de Uruguay, que llegó a Mar del Plata. Los relatos cuentan que antes, en 1945, había habido otro tsunami.
En 1971, en la provincia de Buenos Aires, cerca de La Plata, se
registró un terremoto de magnitud 3.5 en la escala de Richter.
En el año 1977, a raíz del terremoto de San Juan, que fue de 7.5 en la escala de Richter, la onda fue sentida en edificios altos de Pocitos.
El único sismo instrumental que tenemos es el ocurrido en 1988, que fue registrado por sismógrafos en Brasil y que se localiza, como otros, a 200 kilómetros al suroeste de Maldonado. Fue de 5.2 en la escala de Richter.
En 1990 hubo uno que tuvo una magnitud de 3 grados en la escala de Mercalli. El epicentro fue cerca de la represa de Rincón del Bonete.
En 2003 hubo otro sismo en las islas Orcadas del Sur que generó un tsunami. Las olas no llegaron a las costas de Uruguay ni de Argentina.
El 30 de junio de 2008 en la misma región hubo otro terremoto de 7 grados de magnitud.
El pasado 15 de mayo de este año hubo un terremoto de 6 grados de magnitud que sacudió al océano Atlántico, en la misma región en que ocurrieron los antes mencionados.

Las Cifras

6 es el máximo de centímetros que se mueve el continente sudamericano por año, en dirección al oeste por año.
30 mil son los terremotos que se registran por año en el mundo. De ellos, apenas entre uno y tres tienen efectos catastróficos.

El sismo y la central nuclear de Atucha

El informe de la especialista en geotectónica de la Universidad de la República (UdelaR), Leda Sánchez Bettucci, fue seguido atentamente por los senadores de la comisión de Industria, pero además por varios integrantes del grupo de trabajo que analiza la eventual puesta en marcha de un programa nuclear para la generación de energía eléctrica en Uruguay.
El tema derivó entonces hacia la necesidad de monitorear la actividad sísmica en función de la posible instalación en el país de una central nuclear, como también de las centrales de Atucha I y II que se encuentran a 72 kilómetros de Uruguay.
Así, uno de ellos, el ingeniero Álvaro Bermúdez, explicó a los asistentes a la reunión que durante la gestión del expresidente Jorge Batlle se instaló en la Intendencia de Colonia una central de detección de los radionucleidos (elementos químicos que experimentan una desintegración radiactiva que se manifiesta en la emisión a la atmósfera de radiación en forma de partículas alfa o beta y rayos X o gama), precisamente para observar el funcionamiento de la central nuclear de Atucha en Argentina. "Recogemos información on line en forma permanente, con la anuencia de la Agencia Internacional de Energía Atómica. Esta instalación se realizó en los años 2003 y 2004, pero ni Ancap ni ningún otro ente público han desarrollado el tema específico del estudio sísmico", dijo el especialista.
El País Digital

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